Los muertos así como las creencias y tradiciones libran una lucha contra el olvido.
Flor de cempasúchil símbolo de tradición mexicana
Los muertos así como las creencias y tradiciones libran una lucha contra el olvido. Las flores de cempasúchil, además de ser parte central de la celebración del Día de Muertos o Xantolo, esconden en su místico aroma y el color encendido diversas historias, tradiciones, conocimiento ancestral y usos, que en conjunto constituyen un patrimonio biocultural de México que debe ser conocido, valorado y compartido.
En el Día de Muertos es una tradición crear tupidos senderos con los pétalos de las flores de cempasúchil, desde el camino principal hasta el altar de la casa con la finalidad de guiar a las ánimas hacia los altares. Según el conocimiento popular, el 31 de octubre por la noche llegan las almas de quienes fallecieron siendo niños y se van al medio día del 1 de noviembre, cuando llegan las ánimas de los adultos para visitar a sus familiares y degustar los alimentos que les han preparado y puesto en el altar en una convivencia que se prolonga hasta el 2 de noviembre al medio día.
Además de su uso ceremonial y ornamental para el altar de Día de Muertos, la flor de cempasúchil también se utiliza como repelente de insectos para elaborar insecticidas, como pigmento para darle color a textiles, bactericida, neutralizador de olores, así como medicamento para animales y personas. Nuestros antepasados la usaban para aminorar los malestares del vómito, la indigestión y diarrea mediante infusiones o tés. Incluso también se utiliza esta especie como ingrediente para elaborar alimentos.
Dichos usos se han documentado en los códices Florentino y el Badiano -considerado como el texto más antiguo de medicina escrito en América-, que reúnen el saber de los ancianos nahuas de las comunidades de aquel siglo XVI. En estos documentos también se hace referencia al uso ceremonial en diferentes temporadas del año. “Gracias a la conservación de las lenguas originarias y las tradiciones de muchas culturas originarias de México, conservamos el uso y conocimiento de esta especie del cempasúchil”, comentó la especialista.
En los códices igualmente se documenta que en las ceremonias de los nahuas, un grupo olía la flor como una forma de comunicarse con sus dioses y otros elementos en los que ellos creían. “Nosotros seguimos diciendo que su aroma y color de estas flores es una fuente de comunicación con los muertos”.
Referencia: María del Carmen López Ramírez, profesora investigadora del Instituto de Ciencias Básicas e Ingeniería.
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